Bienvenidos a esta locura mistica donde encontraremos poemas, amigos, rock, buena vibra, y una que otra cosa que se nos vaya ocurriendo. que disfruten su paseo por este lugar y esperamos su colaboracion. GRACIAS ETERNAS A TODOS LOS QUE COLABORAN Y FORMAN PARTE DE ESTE GRAN SUEÑO QUE YA ES UNA REALIDAD LLAMADO UNIVERSIDAD DEL INFIERNO. Y TAMBIEN GRACIAS A ROCKURMEX.
¿PORQUE UNIVERSIDAD DEL INFIERNO?

Simple. Desde siempre la sociedad ha menospreciado a los rockeros por su forma de vestir y de ser,y los fanaticos religiosos nos condenan al fuego eterno por el simple hecho de no ser como ellos. El nombre es un chiste, una comedia, una burla a las mentes adoctrinadas que todavia piensan que rock es sinonimo de malo. LA UNIVERSIDAD DEL INFIERNO ES UN ESPACIO DONDE CONVERGE EL ROCK, LA CULTURA Y EL MUNDO DESDE NUESTRA PERPECTIVA. ES UN ESPACIO PARA MENTES INQUIETAS Y BIEN ROCKANROLERAS.

jueves, 13 de febrero de 2014


EL AMOR COMO MERCANCIA


El universo del simulacro manifiesta la patología de la conciencia moderna. Patología materializada en el mundo frío e insensible de los objetos.
Jean Baudrillard, Cultura y Simulacro

Cada 14 de febrero volvemos a las mismas discusiones. Ya que es inevitable, decidí plasmar aquí algunas de las preguntas que les hago a mis alumnos y que vienen muy a cuenta para estas fechas: ¿Se cumple la profecía de la fetichización de la mercancía de Marx para las relaciones sociales? ¿La sociedad del espectáculo es el clímax de la reificación humana? ¿Vivimos en el imperio del amor líquido del que habla Bauman? En la era de la mayor interconexión, ¿son más tangibles el vacío y la soledad de los que habla Lipovetsky?¿La tecnología permite acercarnos de manera profunda a otros? ¿Las redes sociales nos hacen sentir menos solos o más miserables?


Para Marx las relaciones humanas se definen a partir del intercambio de mercancías en el mercado. Las relaciones no se dan entre sujetos, sino entre cosas. Las cosas adquieren vida propia, borrando las relaciones de producción que les dan origen. A partir de la referencia al fetichismo de la mercancía, Marx explica cómo los productores y los consumidores se perciben unos a otros únicamente a través del dinero y los bienes que intercambian. En suma, las relaciones sociales "se expresan con relaciones económicas objetivadas a través del intercambio de dinero y mercancías".


Este planteamiento de Marx acerca de la cosificación de las relaciones sociales ha sido reelaborado por diversos teóricos para explicar otros fenómenos culturales y psicológicos. En la era del capitalismo tardío, lo abstracto se materializa, se reifica gracias al mercado: el conocimiento, las experiencias, las imágenes, las emociones. Las cosas adquieren atributos, propiedades, poderes. Las cosas se vuelven sujetos, los sujetos se convierten en cosas.


El empoderamiento del objeto aniquila al ser humano. Esta autonomía del objeto-mercancía coloca al sujeto en un plano secundario. El sujeto, seducido por la mercancía, se rinde desarmado ante ella. Nos duele más que nos rayen el coche que los miles de muertos y los millones de pobres. Es más difícil deshacernos de un iPhone que eliminar a uno de nuestros amigos de Facebook. No te quiero a ti, quiero el anillo.


Guy Debord, teórico de la sociedad del espectáculo, sostiene que en la sociedad moderna "las intimidades psicológicas de las relaciones intersubjetivas son reificadas en la forma de experiencias que pueden ser compradas y vendidas en el mercado". Comprar una experiencia, una sensación, una emoción no es ajeno a nadie en nuestra época. En la era del desarrollo tecnológico estas posibilidades se amplían al infinito. Hablando de emociones, ya no es necesario comprar amor en cajita o pagarle a alguien para que te haga compañía. Una aplicación puede hacerte llamadas regularmente para que no te sientas sola.


Pero en esta fetichización de la mercancía, la plataforma es el amor, la amistad, el sentimiento, la envidia, la celebridad. Facebook son los amigos. Twitter es la fama. La plataforma toma el lugar de los sujetos, es la materialización de la relación. El sistema de notificaciones te permite reducir la ansiedad de la desconexión. Controlar la plataforma es controlar a los sujetos. Stalkear a tu posible objetivo amoroso es una práctica común. Sin celular no hay vida social. Sin televisor no hay mundo.
La amistad de bolsillo o el amor de Facebook, que se encuentra con el botón de agregar y se resuelve con un delete. Instantáneo, simple, aséptico, poderoso. Bauman relataba la anécdota de que alguien le había comentado que tenía 500 amigos en Facebook. Él pensaba cómo era eso posible, cuando él, a sus 86 años, no tenía más que un puñado: "Será que está entendiendo la amistad como algo distinto a lo que yo creo que es amistad".


Muchos amigos en Facebook, muchos seguidores en Twitter, muchos mensajes de texto, muchos chats, ¿resuelven nuestro vacío existencial?¿Nos ayudan a combatir la soledad?¿Dan sentido a nuestra existencia? Como verán, tengo más preguntas que respuestas. Nadie menciona ni por accidente otras manifestaciones más profundas de la amistad o del amor que nada tienen que ver con el fetichismo sexual. Estamos obsesionados con el amor-mercancía: ese sí vende. Como decía Baudrillard, la realidad se suplanta por los signos de lo real. No importa qué sea el amor o si existe, siempre y cuando parezca que sí.

 Por Paola Ricaurte Quijano.

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