Hay varias mujeres grandes que en su época fueron incomprendidas, y mal vistas, sin embargo para mi fueron admirables, salieron del esquema tradicional y vivieron a su manera a pesar de tener todo en contra, porque estaban catalogadas como mujeres carente de moral y buenas costumbres (putas, promiscuas, fáciles, libertinas etc.), en una época muy conservadora. Escribiré un poco lo mas relevante de cada una de estas mujeres ejemplares que trascendieron de su tiempo y que han causado mi admiración y en cierta forma influyeron en mi vida, y de muchas mujeres que ven en ellas su yo reflejado, ya que se convirtió en el símbolo de los ocultos deseos de cada mujer: poder ser libre y disponer de su propio destino. Empezare por Anais Nin, (alma enamorada de la belleza y del arte) No sólo rompió el tabú sino que tuvo la audacia de escribirlo, Anaïs Nin es el recordatorio constante de que las emociones embellecen la vida, de que si se emprende la búsqueda del significado de cada acto de nuestra vida, con el paso del tiempo saldremos enriquecidos,
Anaïs, “Anahita” –la diosa persa de la luna- como le dijo Artaud, volcó su ensoñación en trascender lo racional mediante la libertad de pensamiento: estaba convencida de vivir una vida fuera de lo corriente.
Anaïs Nin es mucho más conocida por sus Diarios que por otras obras precisamente por ser ella misma
La sexualidad pierde su fuerza y su magia cuando se hace explícita, automática, exagerada, cuando se convierte en una obsesión mecánica. Llega a ser aburrida
lo erróneo que es no combinarla con la emoción, la sed, el deseo, la lujuria, los antojos, los caprichos, los lazos personales, las relaciones más profundas, que cambian su color, su sabor, sus ritmos y sus intensidades
Sin el combustible que la enciende: lo intelectual, lo imaginativo, lo romántico, lo emotivo. Es todo esto lo que da a la sexualidad sus sorprendentes texturas, sus sutiles transformaciones, sus elementos afrodisíacos
No hay dos pieles que tengan la misma textura, nunca hay la misma luz, ni la misma temperatura ni las mismas sombras, ni tampoco el mismo gesto; porque el amante, cuando está encendido por un verdadero amor, puede recorrer la interminable historia de tantos siglos de cuentos de amor. Una enorme gama, enormes cambios de época, variaciones de madurez e inocencia, perversidad y arte, animales graciosos y naturales
“Ten cuidado de no entrar en el mundo con la necesidad de seducir, encantar y conquistar lo que realmente no quieres, nada más que por ser aceptada. Es lo que provoca los momentos de parálisis ante los demás y suprime la confianza y la naturalidad”.
: “Mire a donde mire, siempre encuentro un mundo hecho a gusto del hombre y sólo soy lo que el hombre quiere que sea”.
.Cuando quedas atrapado en la destrucción, debes abrir una puerta a la creación.
Sólo me importa mi propio juicio. Soy lo que soy.
el amor llena a algunas personas y las lleva más allá de toda ley; no existe tiempo ni lugar para lamentaciones, dudas, cobardías. El amor corre libre y atolondrado; y todas las simpáticas añagazas perpetradas para proteger de sus quemaduras a otros –los que no son amantes, sino tal vez víctimas de esa expansión del amor
"Cualquier forma de amor que encuentres, vívelo. Libre o no libre, casado o soltero, heterosexual u homosexual, son aspectos que varían de cada persona. Hay quienes son más expansivos, capaces de varios amores. No creo que exista una única respuesta para todo el mundo
Siempre hubo en mí, al menos, dos mujeres
una mujer desesperada y perpleja
que siente que se está ahogando y otra que
salta a la acción, como si fuera un escenario,
disimulando sus verdaderas emociones porque ellas
son la debilidad, la impotencia, la desesperación
y presenta al mundo sólo una sonrisa,
ímpetu, curiosidad, entusiasmo, interés.
“Calor, perfume, alfombras, luces tamizadas, libros. Nada de esto me apacigua. Soy consciente del paso del tiempo, de todas las cosas del mundo que no he visto, de todas las personas interesantes que no he conocido. (…) Pasan las noches. Me entra pánico. El tiempo pasa. Tiempo. Tiempo. Estoy agitada, despierta, revuelta. Inquieta. Ni puedo descansar. Sueño que viajo.”-
Nuestra vida está en gran parte compuesta por sueños. Hay que unirlos a la acción.
El erotismo es una de las bases del conocimiento de uno mismo, tan indispensable como la poesía.
Sólo el latido al unísono del sexo y del corazón puede crear el éxtasis.
La memoria es una gran traidora.
Yo pongo el amor y la creación, una y otra vez, a pesar de la locura del mundo"
Aparentemente soy dulce, inestable, llena de falsa apariencia. Moriré siendo poeta, asesinada por los que no lo son.
no renunciaré a ningún sueño, no me resignaré a ninguna fealdad, no aceptaré nada de otro mundo, que no sea el que yo misma he construido.
No me instalaré en un determinado sitio nunca, jamás tendré un hogar. Mi emblema es un barco errante. Soy una escritora. Hubiera preferido ser una cortesana”-.
El sueño es mi verdadera vida. Veo en él los ecos que me devuelven las únicas transfiguraciones que conservan lo maravilloso en toda su pureza. Fuera, toda la magia se pierde. Fuera, la vida revela sus imperfecciones".
yo creo en la amistad, no en el amigo. Las personas son intercambiables
Anaïs Nin nació en Neuilly, cerca de París, Francia el 21 de febrero de 1903, su madre era franco-danesa llamada Rosa Culmell y su padre había nacido en Cuba de nombre Joaquín J. Nin, con el que mantuvo una relación incestuosa.
A los 11 años emigró a Estados Unidos con su madre y recibió la mayoría de su educación ahí. Novelista y escritora de historias cortas, Nin era virtuosa y dedicada, pero nadie lo supo sino hasta 1960 cuando mostró al mundo sus diarios; estos fueron tomados por las feministas contemporáneas como ejemplo de una mujer independiente que sobrevivió a los prejuicios de las décadas pasadas.
En 1914 se muda con su madre a la ciudad de Nueva York donde asiste a escuelas católicas. Deja la escuela a los 16 años, trabaja como modelo, estudia baile y regresa a Europa en 1923. Ese mismo año contrae matrimonio con un banquero neoyorquino, Hugh Guiler, quien más tarde ilustraría algunas de las novelas de Nin bajo el seudónimo Ian Hugo. Poco se conoce de esta relación.
Ella es mejor conocida por su lírica, a veces erótica, siempre de un estilo sensual. En algún momento escribió historias eróticas a pedido, movida por presiones financieras. Muchas de estas están en las colecciones Little Birds y Delta of Venus. Los eventos son sexuales, pero el tono es filosófico y de autoconocimiento.
En toda su obra se encuentra la pasión por el arte y por la vida, sus relatos mezclan unas descripciones sencillas y directas con situaciones oníricas, a veces con ciertos toques de surrealismo, y una visión de la sexualidad muy adelantada a su época, libre de cualquier tipo de prejuicios
Me niego a vivir en el mundo ordinario como una mujer ordinaria. A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis. Soy una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo. No me adaptaré a el mundo. Me adapto a mí misma, decía Anaïs.
Henry Miller le ayudo a publicar su exitoso libro "Trópico de Cáncer", con quien trabaría una rara e indisoluble amistad. Se desata, entonces, el famoso triángulo amoroso: Anaïs-Henry-June Mansfield, la atormentada esposa de Miller: "He aquí un hombre al que la vida embriaga. Un hombre libre. Como D.H. Lawrence. Un hombre que no teme a nadie ni a nada. Ese hombre se llama Henry Miller." Nin recoge esta esplendorosa época en París llena de amor, poesía y locura y la vierte en "Henry y June", libro que sería llevado al cine por Philip Kaufman
Anaïs estudió el psicoanálisis bajo la tutela de Otto Rank y por su cuenta en la ciudad de Nueva York de 1934 a 1935. Regresa a Francia en el 1935, donde ayuda a establecer una casa editora, Ediciones Siana, en parte porque ninguna otra casa editora se atrevía a publicar sus obras dado su cargado contenido erótico.
En el 1939 regresa a la ciudad de Nueva York, donde continúa escribiendo. Sin embargo, no sería descubierta hasta el 1960 por el mundo literario en general.
Más adelante se dió a conocer por una serie de diarios extremadamente personales, redactados desde el 1931; El diario de Anais Nin (10 vols. 1966-83). Desde entonces se publicaron varios diarios adicionales. Anaïs murió de cáncer en Los Angeles, el 15 de enero de 1977.
Anaïs Nin dejó instrucciones precisas a Rupert Pole (su último esposo y albacea literario), de no publicar los famosos Diarios en su totalidad sino hasta la muerte de Hugh Guiler, por discreción, puesto que éste fue su esposo, compañero inseparable y protector durante las décadas de los veinte y los treinta en París, época en la cual desarrolló parte fundamental de su trabajo literario.
Dos temas serían recurrentes en los diarios de Anaïs: La fijación hacia el padre, ese padre dandy y artista de quien la adolescente cree estar enamorada y a quien atribuía haberla abandonado al casarse con una joven mujer y dejar a su madre y hermanos.
“Escribo sobre la vida y los momentos más intensos, porque es entonces cuando se aprecia mejor su sentido”.
Gracias, Anaïs, tu espíritu y obra vivirán por siempre
jueves, 3 de diciembre de 2009
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ANAIS NIN
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