Bienvenidos a esta locura mistica donde encontraremos poemas, amigos, rock, buena vibra, y una que otra cosa que se nos vaya ocurriendo. que disfruten su paseo por este lugar y esperamos su colaboracion. GRACIAS ETERNAS A TODOS LOS QUE COLABORAN Y FORMAN PARTE DE ESTE GRAN SUEÑO QUE YA ES UNA REALIDAD LLAMADO UNIVERSIDAD DEL INFIERNO. Y TAMBIEN GRACIAS A ROCKURMEX.
¿PORQUE UNIVERSIDAD DEL INFIERNO?

Simple. Desde siempre la sociedad ha menospreciado a los rockeros por su forma de vestir y de ser,y los fanaticos religiosos nos condenan al fuego eterno por el simple hecho de no ser como ellos. El nombre es un chiste, una comedia, una burla a las mentes adoctrinadas que todavia piensan que rock es sinonimo de malo. LA UNIVERSIDAD DEL INFIERNO ES UN ESPACIO DONDE CONVERGE EL ROCK, LA CULTURA Y EL MUNDO DESDE NUESTRA PERPECTIVA. ES UN ESPACIO PARA MENTES INQUIETAS Y BIEN ROCKANROLERAS.

lunes, 21 de diciembre de 2009


ANTONIETA RIVAS MERCADO




“La mujer mexicana”,
Mecenas de diversos artistas y proyectos culturales; traductora, ensayista, actriz; una apasionada del arte, pero también de la libertad,

El hombre hace la historia;
la mujer hace al hombre

Literata, periodista, pensadora, dramaturga, feminista mexicana.

Precursora del feminismo mexicano. Perteneció al círculo de artistas e intelectuales que renovaron la cultura mexicana al concluir la Revolución. Su vida y trágica muerte en la catedral de Notre Dame de París inspiraron la cinta México-hispano-francesa Antonieta, dirigida por el español Carlos Saura y con la actriz francesa Isabelle - Adjani en el papel principal.

Nació en la ciudad de México el 28 de agosto de 1900. en la casa de sus padres en la calle de Héroes 45. Era la segunda hija de de un distinguido matrimonio conformado por el arquitecto Antonio Rivas Mercado y y de Matilde Cristina Castellanos Haff, Falleció el 11 de febrero de 1931, en la catedral de Notre Dame, París, Francia. Su nombre completo era María Antonieta Valeria Rivas Castellanos



Escritora, periodista, mujer excepcional y “madrugadora de muchas cosas”.Nacida dentro de una familia acomodada en la ciudad de México, la mejor educación que podía tener una niña de aquella época. Practicó la danza desde muy pequeña estudió siempre con institutrices. a los ocho años viajó a Francia con su padre y se presentó la oportunidad de que ella se dedicara completamente al ballet en la Opera de Paris, pero su padre se rehusó, no quería dejar a su hija sola en París, Su padre llegó a ser un proyectista respetado en los altos círculos académicos y políticos fines del porfiriato. Realizó numerosos proyectos porfirianos como lo fue la Columna de la Independencia (El Ángel); la casa Museo de Cera de la calle Londres; terminó de construir el teatro Juárez en Guanajuato el Palacio Municipal de Tlalpan, fue el decorador del Salón Embajadores del Palacio Nacional, entre otros. todos los arquitectos, pintores y escultores extranjeros que venían a México, visitaban a Antonio Rivas en ese ambiente donde creció Antonieta. A juicio de su hermana Alicia (quién dejó escrito un Diario), las institutrices las enseñaron a hablar el inglés y el francés, leían vida y obras de autores y artistas europeos que ampliaron su cultura. La familia viajaba constantemente y pasaba largas temporadas en Cuernavaca, Jalapa, Veracruz, Tampico, San Luis Potosí, Guadalajara y Chapala. En 1909 Antonieta realiza su primer viaje a Francia, donde vive por espacio de un año, Como era de suponerse, la revolución modificó este entorno social, llegando a crearse una crisis familiar que terminaría con la separación de sus padres. Antonieta enfrentó la dura situación de quedarse como la señora de la casa, porque su madre se fue a Europa con su hermana Alicia para seguir a un amante.
A los diecinueve años Antonieta tiene su primer matrimonio (que dura cinco años) con un ciudadano estadounidense, amigo de los Madero. Llamado Albert Edward Blair, un ingles que desde los 10 años vivió en los Estados Unidos, conservador que participó en la Revolución Mexicana, Este matrimonio no funcionó, ya que cuando nació su hijo Donald Antonio, no se ponían de acuerdo en como educarlo y además su marido quería vivir en un rancho en el norte y que Antonieta realizara las labores de una campesina, lo cual no hizo feliz a Antonieta, por lo que decidió regresar a México con su padre y sus hermanos menores, Amelia y Mario.
Vuelve a viajar a Europa con su padre e hijo entre 1923 y 1925, donde aprende nuevos idiomas (latín e italiano), amplia su conocimiento de música, y recibe clases de filosofía en Ginebra. a partir de 1927 cuando desborda toda esta inquietud por ampliar su cultura en proyectos literarios, artísticos y políticos en México. en febrero de 1928, El Sol de Madrid dedica todo un suplemento a México, y ella colabora ahí con un artículo titulado “La mujer mexicana”, el cual es sin lugar a dudas el escrito más lúcido sobre el tema que haya realizado una mexicana hasta ese momento. impulsó la organización de un patronato para la creación de la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la dirección de Carlos Chávez, Se convierte en mecenas de personajes como Andrés Henestrosa, Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Gilberto Owen, Celestino Gorostiza, Roberto Montenegro, Julio Castellanos, Lupe Medina de Ortega, Clementina Otero, Carlos Luquín, Jiménez Rueda y el pintor Manuel Rodriguez Lozano

Es amiga de importantes pintores como Diego Rivera y Manuel Rodríguez Lozano. Con ese gran entusiasmo que muestra por la cultura, establece en su nuevo domicilio en la colonia Roma los salones literarios y después con el grupo de escritores llamado los "Contemporáneos" funda el teatro Ulises, en 1928, donde presentan por primera vez en México el llamado teatro experimental.


El 10 de marzo de 1929 Antonieta conoce Nace una gran amistad entre ambos y Antonieta se entrega en cuerpo y alma a la cruzada vasconcelista en pos de la presidencia que éste intenta ese año., en algunos momentos de su exilio. Vasconcelos reconoce su arrojo y su desafío y le dedicará El Proconsulado, tal vez la parte más brillante pero más desconsolada de su autobiografía: “Dedico este volumen a la memoria de doña A.R.M. y de todos los que cayeron por el ideal de un México regenerado”. En su obra la reconoceremos como Valeria, nombre que le dio para protegerla (recordemos que
Los vasconcelistas fueron sangrientamente reprimidos por Calles). Antonieta se exilia en Estados Unidos a partir del 28 de agosto de 1929, Llega a Nueva York el 6 de octubre con
el fin de “estudiar, traducir, de difundir el arte y la literatura mexicana y de escribir su propia obra”, Ahí conoce y trata a José Juan Tablada, José Clemente Orozco, Gilberto Owen, Alma Reed, Fernando Amero, Federico García Lorca, Dámaso Alonso, entre otros. otros. Es una de sus épocas más productivas: traduce y adapta en colaboración con José
Luis Ituarte Los de abajo, de Mariano Azuela; escribe un ensayo sobre “Los ideales de las mujeres. Maternidad contra igualdad de derechos”, entre otras actividades. De ahí en adelante vive en frenesí. Enferma y permanece semanas en el hospital Saint Luke´s en Manhattan. En diciembre se encuentra con Vasconcelos en Los Ángeles. Regresa a Nueva York, en abril de 1930 regresa a México y decide “secuestrar” a su hijo (el padre tenía la patria potestad) y sale con él del país vía Tampico. Viaja a Nueva Orleans y de ahí hace una travesía hacia Francia, Ambos deciden residir en París a principios de 1931, incluso en el mismo hotel. Sin embargo, el 11 de febrero de ese año planea detalladamente su muerte. Escribe una carta al cónsul mexicano en esa ciudad, Arturo Pani, encargándole que recoja a su hijo y lo envíe a México. Deja a Vascocelos esperándola en un café, y se dirige a Notre Dame donde enfrente de una imagen de Jesucristo crucificado se dispara un tiro directo al corazón tenia 31 años de edad.


Antonieta Rivas Mercado

Invirtió su tiempo, su talento y su dinero en varias empresas que sellaron el despunte de la modernidad en México

Las partes más luminosas y públicas de la vida su participación en la modernización de la cultura mexicana durante los años veinte, en detrimento de otras facetas más sombrías como sus desencantos amorosos y su suicidio en la catedral de Notre-Dame de París, en febrero de 1931.

A través de un cuadro Francis Picabia, Notre-Dame, la mañana, de 1906, evoca la última piedra que pisó Antonieta

Los laberintos sentimentales en los que las palabras la tenían confinada, la obligáron a deambular una y otra vez los pasos de su íntimo descalabro.

Dinámica y airosa: la hacedora, la empeñosa, la desafiante, la protagonista de su tiempo, aunque este durara unos escasos años.

Su singularidad reside en el paso suplementario que siempre dio para rebasar la sola condición de mecenas generosa y desinteresada. Si había que crear un teatro moderno en México, Antonieta no solamente alquilaba y acondicionaba un local en la calle Mesones, sino que además participaba en la traducción de las obras, en la puesta en escena, en la actuación, en la elaboración del vestuario, en las conferencias de prensa y hasta en la elección del cóctel la noche del estreno. Ninguna otra dama de su época, por más mecenas que fuera, se hubiese atrevido a figurar con semejantes desafíos que la sociedad calificaba de desplantes. Los mecenas prefieren el recato de los palcos; Antonieta ansiaba la luz de los escenarios.

Despierta una extraña solidaridad femenina como si su suicidio trasuntara las frustraciones y los desencantos de muchas otras mujeres de todos los tiempos.

No por ser mujer calló su amor o esperó que le dijeran que la querían".

Fue "ferozmente antiyanqui; una declarada opositora al régimen político del Partido Nacional Revolucionario, presumiblemente, feminista; o una suicida inmolada por la pasión amorosa"

Ella irradiaba algo más que belleza, fortaleza. Ella es un ejemplo para las mujeres de hoy, quienes participan más, tanto política como en la cultura, como lo hizo Antonieta.

Entre sus obras
Tenemos: “La campaña de Vasconcelos” (1930), “Episodio electoral. (Teatro en un
acto)”, en La Antorcha, número 2, mayo (1931); su “Diario de Burdeos” (1930-
1931) y “Un drama (teatro)”, en La Antorcha (1932). Escribió cuatro cuentos: “Un
espía de buena voluntad”; “Equilibrio”; Incompatibilidad”; y “Páginas arrancadas”.
Una novela trunca “El que huía” (1931), y los artículos ya mencionados así como la
Recopilación de sus cartas a Manuel Rodríguez Lozano

No hay comentarios: